Qué es la lectura profunda y cómo afecta (para bien) en tu cerebro

[Helen Norris]

No pretendo ser una lectora de mucha lectura profunda, sin embargo, durante mi niñez leí un montón de libros y todavía tengo uno de mis favoritos que ahora está atado entre sí  con una cinta para que las paginas no se caigan. En aquella época, podía recitar algunos capítulos de este novela de memoria. Pensaba en los personajes como si fueran mis amigos cercanos y como si sus retros, problemas y éxitos fueran los míos. Nos mudamos con frecuencia y después de llegar en un nuevo pueblo, especialmente durante los veranos, antes de que mi madre pudiera inscribirme en una escuela, me llevaría a una biblioteca para tomar prestado muchos libros de todos tipos. A esa edad, no me costó mucho trabajo para prestar atención a cada frase ni perderme en cualquier historia. Dudo que muchas personas consideren que esos libros fueran libros de profundidad, pero ¿quién es el juez que decide si un libro tenga profundidad? Lo que puede parecer demasiado simplista para algunos puede ser muy complicado y exigente de mucha atención  para otros.

Desafortunadamente, después  de graduarme de la universidad, me quitaron las ganas de leer por placer, aunque, de vez en cuando, todavía solía leer libros de misterio o uno de la lista de los libros mas vendidos en las reseñas de libros del New York Times. No obstante, la verdad es que, por lo general, evitaba lecturas que me exigían mucho esfuerzo.

Después de jubilarme, volví a recobrar un apetito para leer libros con más peso que me ofrecían más que solamente buenas tramas y diálogo ingenioso.A veces, me arrepiento de haber perdido los anos sin leer gran literatura, pero ahora agradezco muchísimo de tener el tiempo y el deseo de perderme, una vez más, en libros que me ayudan entender mejor no sólo mi propia vida, pero también las otras del mundo que me rodean.