Carmen_13-06-19

[John Santibanes]

El artículo nos aconseja que "es importante recordar que nuestros mecanismos de sed pierden sensibilidad una vez que tenemos más de 60 años."  Si fuera solo eso el único cambio corporal al envejecernos.  Si bien deseamos creer que seguir una vida saludable nos protege de los estragos de la vejez, no hay garantía de ello. 

Entonces, ¿cuáles cambios nos esperan en "los años dorados?"  Un cambio común es el endurecimiento de los vasos sanguíneos y las arterias que causan que el corazón trabaje más arduamente para bombear la sangre. También hay un proceso natural en que los huesos y los músculos se encogen y se debilitan y pierden fuerza. La incontinencia aumenta a medida que la vejiga se vuelve menos elástica y los músculos del suelo pélvico se enflaquecen. El descenso de la memoria y de la capacidad de pensar abarcan desde el olvido de nombres hasta la pérdida cognitiva grave. Es posible que disminuya la destreza de enfocar visualmente y que aumenten la sensibilidad al deslumbramiento así como el riesgo de desarrollar cataratas.  La audición podría degradar. Con el retroceso de las encías se aumenta el riesgo de caries y de infección bucal. La piel es progresivamente menos elástica y más frágil, y nos magullamos más fácilmente. Se hace más difícil mantener un peso saludable porque se ralentiza el metabolismo. El rendimiento y las necesidades sexuales podrían declinar debido a una enfermedad o a un proceso natural.

Se nos presentan desafíos físicos en cada etapa de la vida, pero especialmente en la vejez. Se espera que podamos confrontar a ellos con una buena actitud, con unos buenos recursos y con mucha suerte.