Clase de Carmen_24-10-2019

[John Santibanes]

Durante un terremoto de magnitud 4,7 de la semana pasada que occurió cerca de Tres Pinos en el condado de San Benito, California, un operador de barcos turísticos que navegaba en la bahía de Monterey al mismo momento informó de haber visto varias ballenas saliendo a la superficie del agua.  Un oceanógrafo del Monterey Bay Aquarium informó que el hidrófono del acuario capturó una grabación fuerte y clara del sonido del mismo terremoto a una profundidad de 900 metros (más o menos 3.000 pies) de la bahía.  Aunque no hay suficiente evidencia científica para verificar que las ballenas estaban reaccionando al sonido pelágico del terremoto, es probable que lo hacían porque para muchas ballenas y delfines el mundo se define por sus sonidos y, según el oceanógrafo, el sonido que fue grabado cae dentro de su rango de comunicación.

Las ballenas tienen una audición bien desarrollada que les es valiosa en el océano, donde la visión es menos útil dada la escasa iluminación. Ellas utilizan sistemas de ecolocalización para navegar y cazar, basándose en el rebote de las ondas que emiten para localizar objetos. Su oído está adaptado para oír bajo el agua pero no en el aire. Una ballena tiene una pequeña abertura en su oído externo, visible en cada lado de la cabeza. Según los científicos, esta anatomía del oído de la ballena es algo típico de un oído que percibe e identifica los sonidos de baja frecuencia, y ellos especulan que el sentido puede ser ajustado y afinado. Parece que yo también escucho, siento y reacciono a los terremotos. Durante un terremoto diferente de la misma semana, tuve un momento en el que, al igual que las ballenas, casi salté de mi ambiente confortable: mi comodísima cama.