11-1-2021_Steven Hawking

[John Santibanes]

Steven Hawking se dedicó al estudio y avance de la física teórica y la cosmología tanto en el ámbito profesional como en el público. No pretendo tener ni la más pálida comprensión de su investigación sobre el origen del universo o su conjetura de protección de la cronología. Tampoco he intentado leer ninguno de sus libros no técnicos que compiló para el público en general. Lo que conozco de él se basa en algunas discusiones del ateísmo con una conocida mía, en el largo metraje The Theory of Everything (2014) dirigido por James Marsh, y en varios episodios de la comedia televisiva The Big Bang Theory en los que se escucha su voz.

Me intrigan más las implicaciones filosóficas y metafísicas de su obra, específicamente sus conclusiones sobre la existencia de Dios y el futuro de la humanidad, que sus hallazgos sobre el funcionamiento del universo. A principios de su carrera especuló que "si llegamos a descubrir una teoría completa... conoceríamos la mente de Dios," pero explicó más tarde que utilizó la palabra "Dios" en sentido meramente metafórico, que Dios no creó el universo, y que el “Big Bang” fue la consecuencia inevitable de las leyes de la física. Para aquellos que han luchado con la idea de la existencia de Dios, las implicaciones morales de creer o no creer a menudo se mezclan con suposiciones sobre el significado de la vida humana y la centralidad de los seres humanos. Las conclusiones de Hawking sobre la existencia ofrecen una alternativa racional a una propuesta moralmente cargada y antropocéntrica. 

En los primeros años de este siglo Hawking preguntó cómo la raza humana podría sostenerse otros 100 años. En aquel momento vio un mundo en caos política, social y ambientalmente, con amenazas reales como la proliferación de armas nucleares y el calentamiento global. En los años transcurridos me parece que hemos hecho poco progreso significativo contra la multiplicidad de desafíos que identificó. Pero no todo estuvo oscuro para él, y vio el potencial de aprovechar la IA y otras formas de tecnología para ayudarnos a hacer frente a los riesgos. Es curioso notar que pensó que deberíamos tener más miedo de que el capitalismo exacerbase la desigualdad económica, de que los robots se apoderasen del mundo.