3-2-2021_Schopenhauer

[John Santibanes]

Se nota en este artículo una descripción de la personalidad difícil y compleja de Schopenhauer, que "vivió aislado y nunca aprendió a llevar con paciencia las debilidades de los demás...[P]ero tuvo facetas más amables." Este breve retrato se asocia a otro notable y difícil coetáneo alemán, el compositor Richard Wagner, que tuvo un gran impacto en las artes escénicas europeas en el siglo XIX y en adelante. Desde la perspectiva histórica, se puede opinar que Wagner es conocido tanto por su antisemitismo, oportunismo y sobreestimación, es decir, por su personalidad desagradable, tanto como por sus dramas musicales complejos y convicciones sobre el ideal estético que se encapsula en el término gesamtkunstwerk (obra de arte integral). La yuxtaposición de estos dos sabios no es algo casual; Wagner fue profundamente influido por Schopenhauer. Los dos nunca se conocieron a pesar de tener la oportunidad de hacerlo, pero Wagner exhibió un apocamiento --o tal vez inseguridad-- poco característico y eludió el encuentro.

A Wagner le fascinó la proposición de Schopenhauer que el arte y la contemplación estética ofrecen un respiro de la incitación impetuosa y oscura de la voluntad, un respiro en el que podemos perdernos en la contemplación de la infinita grandeza del universo y olvidar la individualidad. Entre las artes, la música ocupa un lugar de honor en este esquema. Por supuesto, Wagner no fue el único artista que exploró a través de su obra el ansia humana de algo más allá de lo que nos ofrece la vida.  Pero exploró este tema con intensidad, especialmente en sus obras posteriores como Tristán y Isolde, en la que la sed de alivio de las aflicciones de la vida --de la opresión de la luz diurna, como la describe Tristán, sólo se apaga con una poción que ocasiona la muerte.  

Varias obras musicales contienen aspectos que me encantan y me emocionan: intervalos y ritmos inesperados, desarrollo temático imaginativo, instrumentación interesante, pasajes que provocan una profunda reflexión o emoción. ¿Por qué reacciono así? Creo que la comprensión de por qué y cómo la música me afecta intelectual, emocional y sensorialmente siempre permanecerá fuera de mi alcance. La despedida de Wotan a su hija en la ópera Die Walküre de Wagner es una escena musical que me conmueve tan profundamente que me siento casi como si algo me alejara de mí mismo.  ¿En un momento tal, estoy experimentando el respiro del oscuro impulso que anhelaba Schopenhauer o la redención wagneriana?  No es necesario que lo sepa; el misterio y la magia del momento es suficiente para mí.