Tarea para la clase de Carmen del 9 de avril, 2018

[John Jemerin]

Este fin de semana mi hija y yo fuimos a Santa Cruz durante su descanso de primavera.  El primer día de nuestro viaje, estaba lloviendo a mares y hacía frio. El hotel tiene una piscina y un jiacuzzi, y a Amalia le encanta nadar y ponerse en remojo en el agua caliente.  No obstante, ella no había llevado ni impermeable, ni traje de baño.  Pasamos un rato muy divertido en empaparnos hasta los huesos mientras buscamos estos artículos.  Muchas de las tiendas estaban cerradas por la lluvia, pero, en fin, tuvimos éxito.  Nos cambiamos la ropa y nos lanzamos en el jiacuzzi mientras la lluvia seguía cayendo y el cielo se oscurecía.  Después, pedimos comida de un restaurante chino y miramos una película en nuestra habitación.

 

La próxima mañana estaba nublada, pero, dentro de poco el cielo se despejó y hacía sol y calor.  Era un día estupendo.  Pasamos el tiempo en caminando por la playa, jugando en la arena, visitando las tiendas, y hablando de muchas cosas.  En la tarde, fuimos al parque de diversiones.  A mi hija y a yo tampoco no nos gustan las atracciones que arrojan bruscamente la gente como la montaña rusa, pero tomamos el funicular que nos deparó una vista espléndida de Santa Cruz, todo el entablado, las colinas circundantes, la playa, y el océano.  Amalia jugó un partido en el cual se debe atrapar unos peces de pesos diferentes, pero de aspectos iguales.  El peso total de la pesca determina el premio que se recibe.  Amalia se ganó un muñeco de peluche pequeño en forma de una estrella de mar amarilla con una cara risueña.  Le puse «Sra. Estrella» e hice una canción acerca de ella, pero mi hija me dijo que me callara. Después de una buena comida, nos manejé otra vez a San Francisco mientras mi hija durmió.  El viaje a Santa Cruz había sido una excursión breve pero muy relajante y agradable.