Tarea por la clase de Carmen, Los jueves a las seis, 29 de agosto, 2019

[Mary Moycik]

El sábado pasado, mi esposo y yo vimos el documental Honeyland a Opera Plaza Cinema.  En Opera Plaza Cinema, las salas de cine son muy pequeñas, con solamente treinta asientos, más o menos, pero aun así, la sala era casi desocupada.  Había doce o trece personas, el que es lamentable, porque Honeyland es un filme muy conmovedor. 

Los directores de Honeyland son Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska, quienes de Macedonia, y la localización de la película es un pueblo desertado en Macedonia.  Allí viven solamente Hatidze Muratova, una mujer de alrededor cincuenta y cinco años, y su madre Nazife, quien está postrada en cama.  Ellas viven en una casa de una sala sin agua y electricidad.  Hatidze cuida de su madre y hace todos los quehaceres para sobrevivir.  Ella es un apicultor y vende su miel en la ciudad de Skopje, algunas diez millas de su casa.  Durante el filme, una familia empieza vivir junto a Hatidze y Nazife en un casa-remolque y en un principio, ellos se cae bien con Hatidze.  Pero, en el fin, las acciones de la familia causan todas de las abejas de Hatidze a morir. 

Porque Honeyland es un documental, no necesitó un guion ni guionista, ni vestuario, ni casting, ni efectos especiales.  Los directores pasan tres años con las mujeres y grabaron más que cuatrocientos horas de metraje y la cinematografía es muy fuerte y fascinando.  

Honeyland estrenó en el Festival de Film de Sundance en 2019 y estrenó en teatros en los Estados Unidos en julio.  Si te interesas en esta película, sugiero que mires el avance publicitario en la Red.