El caso del adoptado ruso Artem Saveliev, quien fue devuelto solo de EE.UU a Rusia por su madre adoptiva, es un caso no sólo muy triste sino también complicado. La razón para la devolución del niño, aseguró la madre adoptiva, fue los problemas psiquiátricos de grandes enojos y gritos del Artem. La madre adoptiva, Torry Ann Hansen, contactó por la web a un taxista con buen manejo del inglés, quien había montado una pequeña empresa gracias a Internet para ayudar a los turistas a moverse por tierras rusas. Señora Hansen había le pagado al taxista para llevar a Artem desde el aeropuerto al Ministerio de Educacíon.
Este caso saca a la luz los problemas de los huérfanos de Rusia. El país tiene más de 700,000 huéfanos, un porcentaje 4 a 5 veces mayor que en Europa y EE.UU. La mayoría habían vivido baja la violencia, el abuso de drogas y alcohol en hogares disfuncionales, y han sido desplazados de esos hogares por las autoridades. Por consiguientes, muchos de los huérfanos tienen problemas comportamienticos y psiquiátricos y las instituciones donde ellos viven no tienen recursos para ayudarlos con esos problemas. Además, el gobierno no tiene una fórmula para reducir los problemas sociales que terminar en hogares disfuncionales. También, el Defensor del Menor de Rusia reconoció que Rusia no puede prescindir de las adopciones de otros países porque no tiene suficientes familias dispuestas a adoptar.
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