Clase de Carmen, el jueves, el 3 de septiembre de 2020

[Mary Moycik]

No el domingo pasado, pero el anterior, leí el obituario de Mercedes Barcha, quien era la viuda del autor columbino, Gabriel García Márquez.  Elle tenía 87 años y murió el 15 de agosto de este año.  Él hubo fallecido en 2014.  Los dos crecieron en el mismo parte de Colombia y la historia es que los conocieron cuando él tenía catorce años y ella tenía nueve, e inmediatamente, le propuso matrimonio.  En una entrevista, García una vez dijo que desde que el comienzo, él creyó que ella era preciosa y enigmática.  En 1958, se casaron, pero Barcha no se puso su vestido de novia hasta García había llegado.  Él dio la explicación que ella no lo dudó, sino ella era muy supersticiosa. 

 

Ella dirigió la administración de la carrera de su esposo, lo cual lo dejo libre a escribir.  Ellos vivieron en la Ciudad de México, pero tuvieron seis otros hogares en México, Francia, España y Columbia.  Cada casa estaba decorada de manera idéntica, con muebles y alfombras blancos, arte moderno, la misma ropa en los armarios y el mismo computadora Apple.  Ella había estado describida como su polo a tierra. 

 

La novela más famosa de García, «Cien años de soledad», toma lugar en un pueblo ficticio llamado Macondo, que está basado en el área de donde Barcha y García vinieron.  Supuestamente, las mujeres de la novela estaban inspirado por Barcha.  Hacia el fin de la novela, hay una anciana que abre la puerta con una lampara en la mano.  Tiene piedad de un hombre que está delirante y dice que «…yo no había conocida una mujer con un cuello esbelto y ojos soñolientos llamada Mercedes».

 

Por su cumpleaños de ochenta, Barcha le regaló a sí misma un par de zapatos de gamuza azul y bailó toda la noche.