Clase de Carmen, el jueves, el 7 de mayo de 2020

[Mary Moycik]

Acabo de leer un cuento en el internet sobre los Perales, una pareja que vivió en Granada, que fue viral.  La señora Perales estaba como un fideo.  Por el otro lado, el señor Perales estaba como una sandía.  Él tenía miedo de que su esposa daría calabazas y siempre, este pensamiento se comía el coco.  La señora Perales le dijo que, a ella, le importa un pimiento y que él era la pera y aún más bueno que el pan.  Cada vez que ella lo decía, el señor Perales se ponía como un tomate.

 

Él quería mucho perder peso y decidió dar un paseo cada mañana con la señora Perales, quien caminaba todas las mañanas sin importar en el tiempo.  Después de un minuto de caminar, la señora Perales dijo a su esposo, «¡Andas pisando huevos!  Tienes que darte prisa si quieres perder peso».  El señor Perales respondió, «¡Ajá!  Sabía que querías que me perdiera peso».  Y la señora Perales le dijo, «No, no es la verdad.  Es que solamente quería ayudarte alcanzar su meta para que estuvieras feliz.  La verdad es que te amo exactamente como eres.  Eres mi media naranja».