Clase de Carmen, el martes, el 30 de junio de 2020

[Mary Moycik]

Estoy seguro de que no sabías que Bobo era el primer Boston Terrier en aprender como hacer submarino.  Su nueva novia, una chihuahua llamada Coco, lo aprendió.  Ella es una nadadora y saltadora experta.  Me alegre que Bobo tiene una nueva amiga y un nuevo pasatiempo, pero el equipamiento está costándome un ojo de la cara.  A menos este pasatiempo es saludable.  Cuando Bobo era con la caniche, todo el tiempo iban a bares y clubes.  Se emborrachaban y entonces, no podían manejar a casa.  Tenían que tomar Lyft y el próximo día, ni él ni ella podían recordar donde estaba el coche. 

 

En cualquier caso, no digo esta cuenta para quejarme del estilo loco de vida de Bobo.  Quiero decirte lo que Bobo y Coco descubrieron en sus aventuras debajo del agua.  Pero, tengo que advertirte, es triste y perturbadora.

 

Bobo y Coco descubrieron que el plástico es la forma más común de todo el escombro marino y que nunca biodegradará.  Tuvieron que nadar en medio de miles millones de colillas, tapones de rosca y pajitas.  Se quedaron enganchadas bolsas desechables en las brazos y piernas.  Los envoltorios de alimentos flotaban entre las plantas marinas como si fueran medusas de hoy en día.  Los peces, anguilas, calamares y otras formas de vida marina intentaron comer las tazas, platos y botellas de plástico y mucho murieron por eso. 

 

Bobo y Coco se miraron el uno al otro y empezaron a llorar.  Sus lágrimas mezclaron con el agua salada y se dieron cuenta de que los animales, las plantas, la tierra, el aire y el agua se necesitan, que todos juntos son parte de un mundo muy maravilloso y precioso y que el plástico, especialmente el plástico utilizado sola una vez, arruinaba todo.  Debajo del agua, recogieron tanto plástico como pudieron y lo trajeron de vuelta a la superficie del agua para ponerlo en el cubo de basura.  Pero sabían que sus esfuerzos eran inútiles, el escombro plástico terminaría en un vertedero gigante que emitiría gases tóxicos en el aire. 

 

Esa noche, Bobo me dijo, «Sin intención de ofender, pero sería mejor para las plantas y animales, el agua, la tierra y el aire si no tuvimos que compartir el planeta con los seres humanos porque han causado toda la polución que destruye este mundo increíble.  Tienes que encontrar las soluciones ahora, no mañana o el próximo día, ahora mismo.  Ya está demasiado tarde.»  Lo miré y dije, «Como siempre digo yo, tú eres Bobo, pero no eres un bobo».