Clase de Carmen, el martes, el 7 de julio de 2020

[Mary Moycik]

La verdad es que había una vez, Bobo cumplió una condena.  De hecho, lo conocí en prisión.  ¿Estás sorprendido?  Pues, hay muchas cosas no sabes sobre Bobo, pero todos tenemos nuestros secretos, ¿verdad?

 

Era en 2012.  Yo acabé de llegar a ser maestra de yoga y necesité un trabajo inmediatamente.  Tuve que saldar los préstamos que he tomado para el programa de ser una maestra de yoga.  Una amiga me dijo de una posición enseñando yoga a presos en San Quentin.  Solicité para el trabajo y lo conseguí. 

 

Era un poco nerviosa el primer día de clase, especialmente cuando el guardia cerró de golpe el barrote de la puerta y yo estaba solo en la sala con ocho hombres con brazos que eran el tamaño de mi cintura.  Pero entonces vi a Bobo y sé que todo iba a ser bueno.

 

Todos los presos se vistieron trajes naranjos de faena, incluso Bobo.  No lo hice a propósito, pero me vestí naranjo también.  Tuve miedo de que los presos pensaran que me vestí naranjo para burlarse de ellos, pero Bobo rompió el hielo cuando dijo, «Veo que recibiste el memo que dijo a vestirse en naranjo» y todos reímos.  Bobo añadió que era seguro que él puede hacer la postura de «perro hacia abajo.»  Uno de los hombres dio a Bobo un golpe a la cabeza y dijo, «¡Cállate!  No seas tanto bobo.» 

 

Enseñé la clase sin problemas.  Muchos de los hombres eran muy fuertes, pero no tenían mucha flexibilidad.  Por otro lado, soy flexible pero no tengo mucha fuerza.  Por eso, dirigí que hagan las posiciones que eran el más como nudos.  Sabía que me respetaría solo si yo podía cosas que ellos no podían.  Menos mal que Bob es fuerte y flexible y él es un natural en yoga porque era el más pequeño del grupo. 

 

Después de la clase, Bobo y yo charlamos por un momento.  Me dijo que había estudiado el yoga con un gurú en India en años anteriores y también que meditaba todos los días.  Eso es cómo pudo enfrentarse con estar en prisión.  Un día por semana, él enseñó una clase de meditación para los presos. 

 

Bobo y yo llegaron a ser amigos buenos y cuando terminó su condena, vino a vivir conmigo.  Yo sé que quieres saber la razón Bobo estaba en prisión, pero eso es por otro tiempo.