Clase de Carmen, el martes, el 23 de junio de 2020

[Mary Moycik]

Conocí mi perro Bobo en 2012 en un refugio de animales rescatados.  Quería adoptar un perro porque había jubilado y a mí, me gustaría los perros.  Un día, pensó, «¿Por qué no?» 

 

Conocía que no quería un cachorro porque quise entrenarlo que él no pudiera usar la casa como baño.  Bobo era dos o tres cuando lo adoptó y ya él sabía que el baño era afuera, no en casa.  También, sabía los órdenes siéntate, queda y ven.  Después de lo adapté, supe que, aunque él sabía lo que tenía que hacer cuando di estos órdenes, y él podía obedecerlos, muchas veces quiso cooperar.

 

Quise entrenarlo a caminar al lado y a veces, pudimos caminar juntos como eso.  Desgraciadamente, mi esposo pensaba que debemos permitir a Bobo hacer las cosas que los perros hagan, incluyendo caminar dondequiera cuando quiera.  En fin, aunque quise entrenar a Bobo caminar al lado, tuvo que reconocer que no iba pasar. 

 

Tenía grandes esperanzas, pero como la mayoría de las personas que adaptan perros, tuvo que aceptar a Bobo come es y agradecer que el siempre es un amigo fiel.