Cuartro alternativas que intentaron matar al email y no lo lograron

[Helen Norris]

 Desde que no estoy una parte de la mano de obra ni estoy un miembro de un equipo, nunca he sentido la necesidad de tentar ningunas de estas alternativas al email, pero, por supuesto, puedo entender el deseo de hacerlo. 

Cada mañana cuando abro mi bandeja de entrada, hay muchísimas emails de compañias y organizaciones en las cuales yo no tengo ni una gota de interés. Usualmente, quieren donaciones o quieren que yo firme una petición para su causa. En el pasado, a veces, yo las firmaba y aún contribuía dinero, pero eso siempre resultaba en más peticiones de ellos y de nuevas organizaciones a quienes ellos les habían vendido mi información electronica. Seguro, puedo botarlas a la basura de propaganda por correo, pero todavía me enfada y mi presión arterial sube.

Me sorprendo cuando algunas personas me envíen correos con cadenas largas que sean visibles. Cuando repondo,  no pulso el icon: "copia a todas", solo "responde a remitente". Cuando envio mensajes a más que una o dos personas que no se conocen, siempre escondo la lista de recipientes para respetar su privacidad.

Si trabajara para una compañia grande y recibiera aún más emails con mucha información que recibo ahora, yo también querría matar al email, pero ¿podría yo adaptarme al cambio? No sé.