Por qué nos reímos, según la ciencia

[Helen Norris]

El dramaturgo, William Shakespeare, sabía  bien la fuente de humor y por eso llamó una de sus obras de teatro, La comedia de errores. A menudo, oímos  a los actores y guionistas decir que el humor es más difícil  presentar que el drama o la tragedia. Para suscitar una risa, generalmente es necesario que haya un elemento de sorpresa más un tema, tal como alguien que comete errores estúpidos, con el cual la audiencia puede identificar y sobre todo, como sabemos, el tiempo lo es todo. Todos de estos elementos pueden existir en los otros géneros pero con la comedia el tiempo perfecto es esencial. 

Creo que casi todos hemos tendido  la experiencia de tratar de explicar a otros por qué estamos riéndonos de algo y casi nunca es tan gracioso en el recuento. El momento ha pasado y el hablante puede sentir un poco avergonzado por el intento, o por los menos, es lo que yo he sentido. A veces una buena carcajada es casi difícil encontrar como una perla en una ostra. De hecho, yo preferiría disfrutar una risa que encontrar una perla, lo que me dirige a decirles una historia sobre una mujer que conocí en una fiesta cóctel. Ella me dijo que ella había encontrado una vez una perla en una ostra cruda en un restaurante. Al principio, ella pensó que había roto un diente, pero resultó que era una perla. Al contarme sobre esa experiencia culinaria  ella comenzó a reírse. Ya que su risa fue muy contagiosa, yo eché de reír también. Nunca supe si fue una historia ficcional o la verdad, pero si fuera la verdad y hiciera gracia a muchos, creo que valió la mentira piadosa. Muchas veces siento algo incomoda en fiestas así y siempre agradezco cuando alguien me ayude relajarme. Una buena risa es la medicina perfecta, aún mejor que otra copa de champán.