La historia detrás de una de las miradas más fulminantes y recordadas de Hollywood

[Helen Norris]

Tan pronto como oí que había un documental sobre Jayne Mansfield supe que quería  mirarla. Ella era una estrella cuando yo era adolescente, una etapa de mi vida cuando estaba buscando modelos y creo que por eso le presté mucho más atención a las actividades de los celebridades del cine que ahora hago. Las fotos de ella, siempre vestida de camisas muy escotadas estaban apareciendo en todas las revistas, era casi imposible no verlas. Pero yo nunca era lo que podría llamar una fan. Para mí, ella era algo grotesca sin tener la calidez y sensualidad de Marilyn Monroe ni la elegancia y inteligencia de mi favorita actriz personal, Audrey Hepburn.  Ahora, después de haber visto el documental por su hija Maritzka Hargitay me doy cuenta de que su historia era más compleja y triste  de lo que yo sabía jamás. Por culpa de su deseo de la admiración y atención de los hombres, sus seguidores y la fama Jayne era la perfecta víctima voluntaria de los estudios de Hollywood. Recuerdo que una vez la vi tocando el violin en la televisión y me pareció que ella era más como una mascota bien entrenada que una mujer talentosa y inteligente como su hija la describe en el documental.. No quiero criticar a Mansfield por su ambición de ser actriz ni por querer éxito y fama pero tengo empatía por sus hijos, la verdad es que es un dilema que muchas mujeres todavía tienen hoy en día. Sin embargo, sus elecciones para lograr sus objetivos no eran las mejores y resultaron en causar muchas dificultades y algo de vergüenza a su familia. No podía haber sido fácil de crecer en la sombra de Mansfield. Me parece que su historia podría ser una moraleja tanto para los padres como para las madres.