Las personas tienen el derecho de elegir como vivir sus propias vidas. Pero, por cada decisión que tomamos hay un contexto en donde lo hacemos. Joseph Davis, el americano casado con una tailandesa veinte años menor que él, explico el contexto en donde el tomo su decisión; las mujeres americanas tienen derechos, son más independientes y son muy obstinadas. Para Davis, las Tailandesas son mas como las mujeres estadounidenses de los años cincuenta y antes --obedientes, pasivas y, como dijo él, no saben todavía que tienen el derecho al igualdad. Su esposa Nui, nativa de Issan, también explico el contexto en donde ella decidió buscar un hombre Americano. Desde que era pequeña, ella quisiera ser como las mujeres “princesas” de su infancia; nativa Issanas casadas con extranjeros blancos, con casas bonitas y ropa al estilo americano y dinero.
Todo eso será bien si el contexto en donde ellos han tomado sus decisiones no era tan problemático. El problema es la cuestión del poder y las decisiones tomadas con relación al que lleva cada persona. Por ejemplo, muchas mujeres del tercer mundo buscan una salida de la pobreza para ellas mismas y para sus familias. Trabajan en fábricas, en el campo o en las calles de las capitales, sin derechos laborales y sin sueldos que alcanzan a vivir. Bajo estas condiciones, el encanto del la cultura Americana estereotípica exportada por el capitalismo es muy poderoso y atraen a la mujeres vulnerables. Americanos son ricos, poderosos y exóticos. Para las mujeres pobres tailandesas, tiene que ser mejor trabajar en su propia casa, y con dinero suficiente para cuidar a su familia extendida en vez de aguantar las condiciones de afuera. Son decisiones de sobrevivencia y entiendo porque las toman pero las razones de los hombres, como las del imbécil Joseph Davis de casarse con una chicas Asiática, es suficiente para suscitar la cuestión del poder en relaciones como esas. Davis esta 20 años mayor que ella, está jubilado y tiene dinero lo suficiente para mantener a una esposa y a su familia. Además el quería una mujer pasiva y atenta completamente a él. Como comento Nick Phillips, la mayoría de los hombres quien viven en Issan tiene 50, 60, o 70 años de edad. Estoy segura de que la mayoría estén casados con chicas jóvenes y que también tiene las mismas creencias que Davis. Creencias nacidas en el contexto cultural de los anos de los cincuenta.
Los hombres extranjeros de Issan buscaban matrimonios y vidas cotidianas muy tranquilas y fáciles con mujeres bellas, atentas y pasivas, pero también entraron en un contrato económico con el pago de esa dota de miles de dólares a los familiares de la mujeres. Esto cambia el asunto aun más a lo peor. Davis y los otros efectivamente compraron a las mujeres. Algunos dicen que la mujer tiene el poder en esa situación porque es ella quien establece el precio del contrato y que ella también esta ganado del contrato. No estoy de acuerdo. Es ella quien últimamente pierde, primero porque es ella quien es la mercancía y segundo porque ella va vivir atado a un contrato en donde las costumbres de los años cincuenta y antes son el contexto en donde hombres como su marido todavía viven y, además, son ellos quienes últimamente mandan.
Preparándome para escribir este ensayo, busque en el internet por Issan, Tailandia y en Google encontré muchos sitios en donde los hombres discutieron sobre las “selecciones” o del “menú” de mujeres que hay en cada país asiática y las distintas características corporales y disposiciones entra la chicas ( casi nuca les llaman mujeres). Issan es una de las áreas en Tailandia más frecuentada por los hombres turistas. Unos de los viajeros dijo “La chicas de Issan son muy chulas, no tan solo porque son muy bonitas pero también por sus actitudes y sus buenas disposiciones al atender al cliente. También leí que 60% del las prostitutas en Bangkok provienen de Issan.
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