Cuando éramos niños, mi hermano y yo consigamos sillas, hechas de bolsas llenas con frijoles. Supongo que ese tipo de muebles fuera popular en las ochentas. De todos modos, nosotros pudimos seleccionar los colores de las sillas. Yo eligí el verde, y mi hermano elijó el naranja. ?Por qué le gustaba el naranja tanto? No lo sé, a él le gustaría comer naranjas. El color chillón le haría alegre. Sería un jóven místico. A lo mejor se influyía por nuestro abuelo, que era un monje budista.
Más recientemente, mi esposo ha acumulado muchas cosas naranjas. Parecía que cada navidad, cada cumpleaños por muchos años, Cameron siempre recibió una prenda naranja. Mi hermana le dio un suéter naranjo. Mi hermano le dio calcetines naranjos. Mi cuñada le dio una camisa naranja. Mis papás le dio un manta naranja. Por fin, exasperado Cameron les preguntó, “por qué tantos regalos naranjos?” En cambio, todos le dijeron, “Pensábamos que naranja era su color favorito.” El les contestó, "En realidad, no es. Me gusta el naranja, pero mi color favorito es azul." [Gran gemido colectivo]
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