25-1-2021_Expresiones taurinas

[John Santibanes]

Cuando yo comenzaba el estudio de la lengua española en el preparatorio, mi cartilla contenía un relato titulado Paco el Aventurero. Era una introducción básica a locuciones como "Buenos días, cómo estás. Me llamo Paco.” Entre más años tiene Paco nunca ha dejado de disfrutar aventuras. Esta es la historia de uno de ellas, un viaje a la Ciudad de México, un lugar que le había encantado 40 años atrás.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivos o muertos o eventos reales es pura coincidencia.

Paco se aloja en un hotel localizado en la recientemente chic Colonia La Condesa. Este mismo día apetece visitar la Casa Luis Barragán, el hogar del renombrado arquitecto mexicano, aunque en vista del proyecto Ciudad Satélite algunos dirían que Barragán no armó el taco. A las primeras de cambio, Paco busca una entrada en el internet, pero, caramba, ya están agotadas; sin embargo, en esta vasta ciudad de atracciones turísticas y monumentos, un verdadero aventurero no está de capa caída por esta decepción. ¿Alguien dijo monumentos? ¡Por supuesto, La Monumental! Es un día para visitar la plaza de toros de mayor aforo del mundo. ¿Pero cómo llegar allá? Caminar bajo el intenso sol de la ciudad, incluso en diciembre, es una locura. Tampoco hay una estación de metro cerca del hotel. ¿Y Uber? es fuera de cuestión con el tráfico de esta ciudad. Tranquilo, no hay porqué ponerse hecho un toro. A poca distancia en la Avenida Insurgentes Sur circula el Metrobús con destinación a la Ciudad de los Deportes. Pero cuidado con las puertas infernales de los autobuses que parecen cerrar sin aviso. Paco podría acabar con ambos brazos en cabestrillo.

Así que por fin Paco se encuentra ante el gran santuario taurino, el hogar de toreros valientes. ¿Valientes? Al pobre toro las cartas le juegan en contra, pero no es un momento para reflexión profunda. Paco se deja llevar por la música, el aroma de los churros y el zumbido de la genta ya dentro de la arena. Parece que hoy día la plaza va a estar llena hasta la bandera. Pero de repente hay un tumulto cerca. Unos espectadores rodean a una bella joven que se apoya en una farola fumando un cigarrillo mientras un joven desesperado -- ¡es uno de los toreros! -- le suplica, "por última vez, atormentadora, ¿vendrás conmigo?" "No, no" gruñe ella, cargando la suerte con él, "este es el anillo que me diste una vez. ¡Tómalo!" Estremeciéndose, el torero la agarra a ella y la apuñala. Los espectadores gritan y la policía avanza mientras el desdichado del torero les llora, "Pueden arrestarme. ¡Fui yo quien la mató!"

Para Paco, fue una visita emocionante a La Monumental.