La tarea para Carmen 4 septiembre

[Carolyn Teshima]

A medidos de marzo, mi esposo y yo fueron desprendidas del Census porque el pandémico. La oficina estaba cerrada. Sin embargo nos pagaron nuestra sueldo durante este periodo (marzo hasta abril). Ed y yo no estábamos seguros de volver a la oficina. El virus siguió estando presente en San Francico, y nos sentíamos vulnerables. Pero también sentíamos la obligación de regresar. Hablaba con la directora de la oficina, y ella describió las medidas de seguridad que estarían en vigor cuando regresan los trabajadores.

El 8 de junio volvimos a la oficina del Census. No supimos lo que encontremos. Los guardias en la entrada del edificio federal llevaban máscaras. Había muy poca gente en el edificio excepto los trabajadores del Census en el piso 18. En la oficina vimos que las mesas de trabajo estaban separadas, que las ventanas abrían, dispensadores para disinfectante de manos estaban en toda espacio, leteros indicaba que solo una persona a la vez en la cocina pequeña. Lo más importante que vimos había menos trabajadores. En lugar de 35, había 20 trabajadores y todos llevaban máscaras. Con el fin de que se puede mantener el distanciamiento físico, cada turno de trabajo era más corto. Trabajábamos sólo seis horas. 

Fue bueno ver a nuestros compañeros de trabajo otra vez, y sentirse util una vez más.