Cómo la ciencia está mejorando el sabor del chocolate

[Helen Norris]

Creo que les he dicho a ustedes antes que casi cada semana voy al mercado de comestibles, Rainbow Grocery. Prefiero ir de compras allá  porque puedo comprar nueces, avena, arroz, aceitunas, especies y muchos otros productos a granel. No sé porqué esta me importa tanto, pero me encanta llevar mis pequeños recipientes al mercado y llenarlos con cualquier cosa. Me da un sentimiento autosatisfacción y, aunque odio a decirlo, un poco de la justicia propia porque he evitado llevar a casa más embalaje plástico y además a veces, he ahorrado un poco de dinero. 

Sin embargo, no debería sentir demasiado "más santo que tu" porque paso más tiempo en el pasillo de los productos de chocolate que en cualquier otra parte del mercado. Rainbow tiene una selección alucinante de chocolate artesanal de muchos países y casi nunca me voy sin haber comprado una barra de chocolate amargo que no he probado antes jamás. Las barras no son baratas y tienen embalaje, pero están hecho de papel con diseños preciosos y con propaganda informativa sobre las pequeñas explotaciones familiares donde cultivan las plantas y preparan los granos de cacao para la exportación a las fabricas mundiales. Hay algunos que hacen el producto final en la finca donde se cultivan. Espero que todo o por lo menos, más de la mitad que digan en las descripciones sea cierto. 

Recientemente, leí en el New York Times que el chocolate amargo es bueno para la salud y por eso, lo veo como si fuera una medicina necesaria. Entonces, ya que estoy apoyando a los granjeros, los artesanos y mí misma a la vez, puedo salir del mercado con sentimientos de santurronería y medicina deliciosa.