Cómo una lucha de egos entre dos arquitectos dio origen a la torre Chrysler, uno de los edificios má emblemáticos de Nueva York

[Helen Norris]

En general, no soy gran aficionada de los rascacielos, en parte porque me hacen sentir muy insignificante, y además, porque muchos de ellos son feos y no emblemáticos de nada. Sin embargo, tengo mis favoritos. Aquí en San Francisco, el que me gusta lo más es La Mira, un edificio residencial que fue diseñado por Jeanne Gang, una arquitectura de Chicago. Cada sábado que condujimos  por la calle Folsom en camino al mercado de granjeros en el Ferry Building pasamos por esa torre blanco y torcida y siempre tengo ganas de parar y pedir permiso para subir al ultimo piso y entrar en uno de los apartamentos para mirar por sus ventanas. Pues, la verdad es que cualquier piso me satisfaría porque he leído  que cada apartamento tiene vistas de 180 grados. Para la gran apertura, 40 por ciento de las apartamentos fueron disponibles para personas con ingresos moderados. Por supuesto, 60 por ciento de ellos fueron carísimos y probablemente todavía  sean inasequibles  para un ciudadano corriente de San Francisco. De lo que me he enterado sobre la filosofía de la arquitectura es que ella quiere construir edificios que faciliten un espíritu de comunidad. Ella es una optimista y opina que San Francisco puede subir de su nadir, o quizá mejor dicho, del "bucle de doom" y recuperar su magia, pero con la advertencia de que haya muchos retos. Según Gang, lo que es lo más importante es que los funcionarios de la ciudad concentren en proyectos que proveen espacios para servicios, parques y todas las cosas que mejoran un vecindario y eso puede y debería tomar lugar en el centro con tanto los rascacielos existentes como unos nuevos. Ella no es la primera persona que ha dicho eso pero ha probado que un rascacielos no tiene que ser un monstruo tosco de color gris. Hay muchos arquitectos que sabrían diseñar o rediseñar edificios que encajan con la belleza natural de San Francisco.