Clase de Carmen_2-5-2019

[John Santibanes]

La magia nos muestra lo fácil que es manipular la percepción, la atención y la capacidad de procesar la información, aun cuando sabemos que nuestros sentidos están siendo engañados.  Participamos de buena gana en un engaño que nos deja asombrados.  ¿Pero qué tal si algo mucho más importante estuviera en juego?  ¿Qué pasaría si observáramos un crimen y nuestra observación fuera crítica para determinar la culpabilidad o la inocencia de alguien?  ¿Cuán confiable sería nuestro testimonio? 

 

El Proyecto de la Inocencia (The Innocence Project) es una organización benéfica que se dedica a exonerar mediante una prueba de ADN a personas injustamente condenadas y a reformar el sistema de justicia penal para prevenir futuras injusticias. Un estudio de esta organización de 400 casos criminales estadounidenses señaló que la identificación errónea de un testigo presencial contribuyó a una condena injusta en más del 70 por ciento de las condenas revocadas a través de una prueba de ADN. Los resultados revelaron que las causas principales de las identificaciones equivocadas son las deficiencias inherentes a la percepción y a la memoria que no pueden eliminarse fácilmente.  La capacidad de un testigo presencial de percibir la cara de un culpable se verá afectada por la iluminación, por la distancia y el ángulo, por la agudeza de la vista del testigo, por la cantidad de tiempo que el testigo miró al culpable, y por distracciones como un arma. La falta de fiabilidad de las percepciones se ve exacerbada por los fallos de memoria con el paso del tiempo.  El Proyecto de la Inocencia está colaborando con la policía, los fiscales y los jueces para instituir reformas para mitigar los riesgos de una identificación errónea de parte de los testigos presenciales. Hasta que estas reformas se lleven a cabo, los injustamente condenados se podrían tener la impresión de que una prueba de ADN sea un poco de magia.