La clase de Carmen: La tarea 18 diciembre 2019

[Harriet Fotis]

Cada año en Navidad, a mi amiga Donna y yo nos gusta asistir al menos a un concierto de Navidad.  Así que el sábado pasado por la tarde, fuimos a escuchar el coro de hombres y niños de Grace Catedral cantar villancicos tradicionales de Navidad.  La catedral es muy hermosa y a nosotras nos pareció que sería el lugar perfecto para escuchar villancicos.  Debido a que no había asientos reservados que queríamos llegar temprano.  Aunque a mí no me importa sentarme en la parte de atrás, porque Donna es corta, a ella le gusta sentarse cerca del frente.  Afortunadamente el tiempo de espera extra a mí no me aburre.  A veces a mí no me molesta sentarme en silencio y simplemente admirar la belleza del lugar. 

El coro y los villancicos eran encantadores, pero había unos problemas.  Los cantantes a menudo iban acompañados por un órgano (un órgano muy fuerte).  A veces, el órgano era tan fuerte que no sólo no podías escuchar a los cantantes, pero también los oídos a ti te duelen.  Además, a la mujer detrás de nosotros parecía gustarle oír su propia voz, porque seguía cantando junto con el coro.  A la gente sentada cerca de ella les molestaba tener que escuchar ella.  Se podía oír mucho ¡silencio por favor!  (Ella a mí me volvió loco).  Pero a pesar de estos problemas era un buen concierto y nos quedamos hasta el final.

Después, nos caminamos al Hotel Fairmont para ver su árbol de Navidad y la famosa casa de pan de jengibre en el vestíbulo.  El vestíbulo estaba lleno de padres e hijos y era divertido ver toda la actividad y las decoraciones.  Me encanta ver la casa de pan de jengibre.  Mientras que lo he visto antes, cada año parece hacerse más grande y más elaborada.  A ti te falta algo muy especial si no ha visto esa casa.