La clase de Carmen: La tarea 18 mayo 2022

[Harriet Fotis]

Finalmente hemos llegado al último capítulo de lo que creo que ha sido una historia “bastante oscura” que me ha dejado con muchas preguntas y hasta ahora, muy pocas respuestas.  El narrador comienza diciéndonos que, durante años después del asesinato, nadie en el pueblo pudo hablar de otra cosa.  Mientras algunos en el pueblo se sintieron culpables por no haber hecho más para evitar este horrible crimen, otros parecen haber aliviado sus conciencias diciéndose que, en cuestiones de honor, “sólo tienen acceso los dueños del drama”.

Para algunos, el asesinato tuvo un efecto más duradero.  Una mujer, Hortensia, (que en realidad no tuvo nada que ver con el asesinato) se vuelve loca y sale corriendo desnuda a la calle. Flora Miguel, la prometida de Santiago, se fuga con un teniente de la patrulla fronteriza.  La partera local sufre de un espasmo en la vejiga y hasta su muerte tuvo que usar un catéter.  Y cuando Don Rogelio de la Flor, marido de Clotilde, (la dueña de la tienda que alertó a todos sobre las intenciones de los gemelos), fue a ver "cómo desguazaban a Santiago Nasar contra la puerta cerrada de su propia casa", murió de “la conmoción”. 

En cuanto a la madre de Santiago, Placida Linero, se perdonó a sí misma por cerrar la puerta principal (la puerta por la que Santiago intenta entrar para escapar de los gemelos) porque le dijeron que Santiago ya estaba en la casa.  Pero nunca podrá perdonarse a sí misma por “haber confundido el augurio magnifico de los árboles con el infausto de los pájaros” en el sueño de Santiago.

El narrador también nos presenta al juez investigador.  Es joven, probablemente se graduó recientemente de la facultad de derecho y parece ser propenso a las “distracciones líricas”.  Y casi todos en el pueblo clamaban por reunirse con él, ansiosos por contarle sobre los importantes papeles que habían jugado en el drama.  El juicio duró tres días y el testimonio de Ángela nunca vaciló; Santiago fue el perpetrador, dejando al juez completamente perplejo.  No pudo encontrar una sola pista, ni siquiera la más remota, de que Santiago fuera el culpable del mal hecho a Ángela.  De hecho, descubrió que el comportamiento de Santiago en las horas previas a su asesinato era una prueba de su inocencia.