¿Devolverías una billetera perdida? El curioso experimento para medir la felicidad en toldo el mundo?

[Helen Norris]

¿Qué tiene que ver la igualdad de ingresos con la felicidad? Me gusta pensar que saldría de mi camino para devolver una billetera si la encontrara y que eso no dependería de cuánto dinero estaba adentro. Pero en ciertas circunstancias: ¿podría ser distinto el escenario? Si yo fuera una mujer sin hogar con bebés ni sin lo suficiente dinero para alimentarlos, ¿qué haría yo? 

Me pongo triste averiguar que, según este estudio, nuestro país haya bajado tanto en la escala de la felicidad y estoy cierta de que esto está vinculado estrechamente con la falta de igualdad, no solo de los ingresos, sino otros derechos humanos, como la asistencia médica y acceso a la buena educación. Pero no todo es pésimo, por ejemplo, en los años recientes, por simple descuido, he perdido mi billetera dos veces, y por "la amabilidad de extranjeros" la he recuperado. Una vez, la recuperé cuando fui al puesto de los objetos perdidos en el mercado de los agricultores y creo que eso reflexiona bien sobre los vendedores y clientes del mercado. Pero, la otra ocurrencia fue aún más notable. Había dejado mi billetera en el banco cerca de la heladería del mercado, BiRite.  Al llegar a casa, me di cuenta de lo que había hecho y sabia que solo me podía culpar a mi mismo. De inmediato, volví pronto al banco para buscarla, pero mi billetera no estaba allí. Entonces, algo completamente inesperado pasó, Mientras que estaba estacionando mi coche cerca de mi casa, vi tres jovenes irse del porche delantero. Ellos habían puesto mi billetera debajo la alfombrilla de la puerta principal. Les agradecí efusivamente y traté de ofrecerles algo de dinero pero lo rehusaron, me saludaron adiós y se apresuraron a subir a un Uber. Por esa experiencia, creo que puedo asentir con la cabeza a Blanche DuBois cuando ella dice en la obra "Un tranvía llamado deseo", "Siempre he dependido de la amabilidad de los extraños." Todavía, a pesar de todo, hoy en día, en los EEUU, a veces si no siempre, podemos tener fe en la bondad de los otros.