La clase de Carmen: La tarea 15 abril 2020

[Harriet Fotis]

Es difícil creer que pueda haber algo positivo sobre la pandemia de coronavirus.  Pero tal vez sea cierto que "no hay mal que por bien no venga." 

No me sorprendió demasiado cuando leí acerca de la caída significativa en los niveles de contaminación.  Es un tema que ha estado en las noticias mucho recientemente.  La semana pasada, tanto Los Ángeles y San Francisco fueron catalogadas como dos de las ciudades más limpias del mundo.  Y aunque es tan trágico que esta pandemia se haya llevado tantas vidas, me pregunto, si indirectamente, también ha salvado algunas vidas debido a la mejor calidad del aire.  Desafortunadamente, dudo que esos niveles se mantengan bajos una vez que termine la pandemia.

También, durante este tiempo de auto cuarentena, por necesidad, como muchas personas mayores, he tenido que aprender a usar nuevas tecnologías como Skype y Zoom para mantenerme conectado con amigos y familiares o para continuar con las clases.  Aunque estas tecnologías me han abierto un mundo completamente nuevo, creo que cuando las cosas vuelvan a la normalidad, querré salir de la computadora y volver para interactuar con personas del mundo exterior. 

Y es impresionante que muchos actos de bondad estén sucediendo durante estos tiempos inciertos, pero también es un momento interesante para las personas mayores.  Antes de la pandemia, muchas personas mayores sanas pasaban mucho tiempo como voluntarias.  Ahora, nos dicen que nos quedemos en casa.  Y la mayoría de nosotros lo hacemos a regañadientes.  Puede ser frustrante, sin embargo, querer echar una mano, pero que te digan que no puedes.  Aunque debo admitirlo, me encantan las horas de la tercera edad en el supermercado.

Si bien es cierto que numerosas organizaciones como museos, teatros, bibliotecas, y escuelas, están ofreciendo viajes virtuales, producciones y clases, puede ser un poco abrumador. Hay tanto por ahí, que es difícil encontrar el tiempo para verlo todo.