La clase de Carmen: La tarea 18 julio 2019

[Harriet Fotis]

Cuando hace buen tiempo, a mi grupo de senderismo de fin de semana le gusta almorzar en la playa.  Y tenemos mucha suerte de vivir en una zona donde tenemos algunas playas agradables para elegir.  El domingo pasado fue un hermoso día, así que, al mediodía, estábamos en Stinson Beach con muchas otras personas.  Generalmente no prestamos demasiada atención a la gente en la playa, pero esta vez hubo un grupo en particular que atrajo nuestro interés y proporcionó una fuente de discusión para las próximas tres horas mientras caminamos regreso a nuestros coches. 

Directamente delante de nosotros había un grupo de diez a doce mujeres de mediana edad bailando en círculos.  Cada uno de ellas llevaba un traje de baño negro de varios tamaños.  Y, cada uno de ellas también tenía tatuajes en cada centímetro de piel visible; brazos, piernas, hombros, pecho, y cuello.  En todas partes menos en la cara.  Fue una vista increíble para ver.  Y los tatuajes eran hermosos; principalmente cosas como flores y pájaros.  No puedo imaginar el tiempo, el dinero y el dolor que costó para crearlos.

Así que durante las siguientes tres horas tuvimos una animada discusión sobre quiénes eran estas mujeres y qué estaban haciendo.  Las sugerencias incluían una reunión familiar (pero no se parecían), una tropa de baile, un reencuentro de hermanas de hermandad y nuestra favorita, un culto (aunque no oímos ningún canto).  Luego pasamos algún tiempo discutiendo la reciente popularidad de los tatuajes.  Nadie en el grupo tiene un tatuaje, pero todo el mundo conocía a alguien que tiene uno.

Quienesquiera que fueran estas mujeres, parecían estar divirtiéndose y también nos proporcionaron una diversión en nuestra larga caminata por la colina.