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No recuerdo exactamente cuando un vaso de la leche dejó de apetecerme. Por supuesto tomaba leche en mi infancia y todavía durante los años de la secundaria, después de llegar a casa en las tardes, solía verterme un vaso grande de leche para beber con unas pocas galletitas, a veces demasiadas galletitas. Siempre mi familia bebí leche con todas las comidas y antes de acostarme, calentaba leche con miel y una pizca de canela. Entonces, era una parte importante de mi dieta.
Creo que perdí el gusto por leche mientras estaba en la universidad y nunca más tomé la leche ni siquiera con galletitas. Muy pronto el café sin leche llegó a ser mi bebida preferida. No creo que tenga dificultades con digerir la lactosa, sin embargo, recuerdo que a menudo tenía malestar estomacal y es posible que la leche fuera culpable.
Tampoco puedo fingir que no tomo leche simplemente porque siento mal por las vacas en las grandes granjas lácteas porque como queso, helado y mantequilla.
Al leer que la leche estimula la recuperación de los músculos, fui al mercado para comprar leche descremada para tomar después de hacer ejercicio en el gimnasio. No he comprado galletitas todavía, pero supongo que eso será una posibilidad en el futuro cercano.
© 2024 Created by Romina Mancilla. Powered by
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